EL REVIEWER

Saturday, February 25, 2006

La otra Primera Mañana

Siempre despotriqué contra las radios que en el segmento conocido como "primera mañana" (entre las 06 y las 09 AM) decidían poner programas de estricto corte informativo. En especial las FMs, donde se presupone que el oyente busca un poco más de música que palabras. Me causa especial desagrado tener que soportar a conductores que intentan imprimirle al oido del radio-escucha ese frenesí violento de la rutina citadina (Ari Paluch y su Exprimidor). Diarios, tráfico, clima y garcas via teléfono cada 15 minútos sumados a locutores on speed que asumen la moral tarea de insistrile a su audiencia que "ya es hora de levantarse" me ponen de un humor violento.
Pero gracias al cielo, algún gerente de artística de CIE se percató de que mi caso no era aislado y tomó la atrevida decisión de repatriar a Fernando Peña a La Metro y además ponerlo a hacer un programa entre las 7 y las 10 (horario que hasta el año pasado ocupaba Gonzalo Bonadeo).
Que Peña es un genio (en el más académico sentido de la palabra) no lo voy a venir a descubrir yo. Pero -en todo caso- confirmó esta característica poniendo al aire un programa que nada tiene que ver con los de sus competidores en cuanto a formato (de hecho, es basicamente el mismo que viene haciendo hace años en la franja de "segunda mañana"). Y -aun manteniendo lectura de diarios, clima, estado del transito y funcionamiento de los medios de transporte- demostró que se puede hacer radio temprano sin que te recuerde a tu madre zamarreándote para que te despiertes y vayas al colegio. A tal punto, que esta semana me he estado levantando más temprano sólo por el placer de escucharlo.
La perla de este ciclo: lectura de los Obituarios de La Nación.

Celebremos porque un grande ha vuelto al aire y de la mejor forma.